Dagoll Dagom
Visión
El “contador” de historias
Un día, en uno dels larguísimos viajes en furgoneta que han ocupado tantas horas de estos últimos darrers cuarenta años, alguien hablaba de un libro que había leído sobre una tribu africana que tenía en su organización social un “contador” de historias que mantenía vivas, en la tribu, las raíces de su imaginario colectivo, los mitos de sus antepasados, las reencarnaciones de que eran objeto y las explicacionws sobre el más allá. Alguien que les hacía reír y les daba miedo en las largas noches en la selva cerca del fuego.
Uno de nosotros preguntó si no sería divertido dedicarse profesionalmente a explicar cuentos y que la gente pagase para escucharlos. Nos pareció una idea divertida: algo así como un mago de la tribu mantenido por los otros miembros, cuya obligación era explicar historias fantasiosas.
La cuestión es que, alguien señaló con sorpresa , que este este es exactamente nuestro trabajo: Explicar cuentos, alimentar fantasias y conseguir que el resto de la tribu, los guerreros, los brujots, ls menestrales, nos tiren un trozo de carne en el puchero a cambio de nuestra habilidad para hacernos reir o llorar, o las dos cosas a la vez. Desde este punto de vista, nuestro trabajo sido bien noble y necesario. Y antiguo como la vida.
A lo largo de estos cuarenta años apasionantes y apasionados, DAGOLL DAGOM siempre apostó por un “teatro popular de calidad” que, sin renunciar al contacto para todos los públicos y huyendo del estilo minoritaro y exclusivista de otras formaciones, no cesade en la búsqueda de nuevos lenguajes –y más concretamente del lenguaje del teatro musical- y la transmisión de un mensaje progresista y solidario. Esta búsqueda de un teatro para todos los públicos es claramente la constante más aglutinadora en las diferentes propuestas que hemos hecho a lo largo de estos treinta años y será la característica más unívoca de la nuestra vocación.
También se ha tenido siempre una especial atención hacia el público escolar que ha constituido una de les líneas de trabajo más queridas de la compañía: la formación de nuevoss públicos y la captación de jóvenes para el teatro de nuestro país. Porque realmente esta es una de les responsabilidades que asumimos con más satisfacción: hemos sido culpables de despertar la afición teatral en gran cantidad de chicos y chicas que en han venido a vernos. Mucha gente –joven y no tan joven- nos habla de alguno de nuestros espectáculos como de una experiencia importante en su vida. Uno nos dice que se enamoró del teatro con tal o cual espectáculo; el otro nos asegura que tuvo clara su vocación al presenciar una de nuestras obras. No es retórica, se trata, posiblemente, del elogio más gratificante de todos los que se nos pueden hacer. Las historias que hemos contado, las canciones que hemos cantado, para alguien, para algunos, han dejado una huella inborrable en su recuerdo. Esto ya es mucho. Esperamos que sea así por muchos años más y que ustedes lo puedan ver.